domingo, diciembre 19, 2010

Naomi Campbell

Las pasarelas le dieron la bienvenida a los 15 años, una representante de la agencia Elite la descubrió en Covent Garden (Londres), cuando tenía tan sólo 15 años.Tuvo una infancia feliz, siendo ella una bebé, su madre la dejó con una niñera y se dedicó a viajar por Europa con una compañía de danza. Cuando la modelo creció, la acompañó en sus giras. "Mi madre me llevaba de viaje por toda Europa. Me encantaba conocer sitios nuevos". Pronto ese estilo de vida lo hizo suyo y con unas medidas envidiables (86-60-87) se hizo la dueña de las pasarelas de todo el mundo.







Musa de diseñadores y fotógrafos es una de las diez modelos mejor pagadas del mundo. Fuma, bebe alcohol, come cuanto quiere y huye de los gimnasios. Se puede decir que no hace nada por mantener su línea. "Se lo debo a mis genes. En mi familia, todo el mundo es alto y esbelto. Y eso que no paro de comer porque, si estoy hambrienta, enseguida me pongo de mal humor y me vuelvo agresiva". Naomi es una modelo muy comprometida con los problemas de su tiempo, ayuda económicamente a varias organizaciones internacionales, además de liderar una asociación de promoción de las modelos negras.





Si ser bella es una condición indispensable para ser una top model no es suficiente para alcanzar la dimensión de Campbell. Tan resistente como una deportista de alta competición, vive pegada a un móvil, no pasa dos días seguidos en un mismo sitio, soporta las diferencias horarias y breves horas de sueño por suerte le encanta dormir en los aviones. Ha recibido muchas críticas y pocas veces han salido a defenderla, entre ellas la Donatella Versace: "Naomi es generosa y decidida, y eso nunca lo dice la prensa". Amante de la comida española, sobre todo del jamón y la tortilla de patatas, la siesta y las carreras de Formula 1, considera que el trabajo de las modelos es todo un arte. Su imagen de chica mala empieza a cambiar.

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